Aquel que se siente demasiado pequeño, tiene un orgullo grande.
Nuestro orgullo.
Aquel
que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande.
Voltaire (1694-1778) Filósofo y escritor
francés.
En éste post voy a hablar del orgullo, ese concepto que usamos
tanto y que se encuentra tan distorsionado, a veces por un defecto de
autoestima y otras por un exceso de ésta, la verdad es que no manejamos
bien el concepto de orgullo.
El orgullo externo, aquel que es afectado por las opiniones de los
demás, los logros obtenidos, vienen de una motivación extrínseca y cuando ésta
cambia, nuestro orgullo o concepto de nosotros mismos cambia; Cuantas
veces nos sentimos rechazados por opiniones ajenas que afectan a nuestra forma
de pensar, y otras al contrario, recibimos elogios de lo bien que hacemos
y nos sube la autoestima. En realidad nada tiene que ver con nosotros, sino con
las opiniones externas de nosotros. Sin embargo existe una sensación interna de
motivación intrínseca donde reside un orgullo distinto, aquel que cuando
terminamos algo bien hecho nos hace sentir una sensación de valía interna,
cuando tomamos decisiones importantes sin escuchar a los demás, cuando
contemplamos desde la distancia situaciones, esa sensación de compresión
interna, esa conexión es la que reafirma realmente tu orgullo. Esas sensaciones
internas de cuando vez algo hermoso y sientes la belleza y te sientes
merecedor de esa belleza, es algo muy distinto desde mi punto de vista,
claro siempre.....recuerda esto sólo es una opinión mía. Quien hace lo
que siente, gana aunque pierda ....recuerda la tuya es la más importante...
Piensa por un momento en el último elogio que recibiste, no
importa si fue pequeño o grande, y recuerda lo que sentiste. Piensa ahora en un
insulto recibido, también proviene del exterior, solo que la falta de conexión
le da poder a las fuentes externas a cambiar tu concepto de ti mismo.
Piensa en lo que experimentaste la última vez que disfrutaste de
la naturaleza, que viste un amanecer, o leíste un libro que te gustó mucho.
Revive ambos sentimientos y compáralos. Comprende que el primero viene desde tu
ego, y el segundo proviene de tu propia realización, desde lo más profundo de
tu ser.
Comprende también que los sentimientos que vienen desde el ego no
son naturales, que finalmente te pueden producir sentimientos contrarios como
ilusión y vacío.
Hábitos conscientes para reducir el Orgullo.
1- Observa tu mente.
Es necesario que tomes conciencia de qué tipos de pensamientos
pasan por tu cabeza habitualmente. Muchos serán negativos: irritación, ira,
impaciencia, tristeza... Quizás te castigues pensando en lo inútil que eres.
Necesitas darte cuenta de cuáles son tus pensamientos, para poder tomar acción
y cambiarlos.
2- Distinguir entre la voz del ego y la situación real.
La conciencia es el comienzo para liberarse del ego, pues te das
cuenta de que tus pensamientos y las emociones negativas que producen, son completamente
innecesarios.
Intenta distinguir entre la situación real (un atasco de tráfico,
por ejemplo), y los pensamientos que vienen desde el ego y giran alrededor de
la situación (irritación, impaciencia). Cuando logres separarlos, te darás
cuenta de que puedes cambiar esos pensamientos, disfrutando del ahora
(practicando la paciencia, observando a los demás conductores, respirando
tranquilamente).
3- Deja de sentirte ofendido
Cuando te sientes ofendido, realmente es tu ego quien está
trabajando. Lo que alguien diga o haga es su opción y nosotros elegimos qué
hacer con eso. Podemos decidir sentirnos mal, ofendernos y generar energía y
pensamientos negativos a nuestro alrededor. O por el contrario, podemos
simplemente no tomarlo como algo personal, observar la situación y elegir
seguir en paz y en armonía, independientemente de qué hagan los demás.
4- Deja ir el deseo de ganar
Nuestro ego nos divide en ganadores y perdedores. Podemos ser
felices realizando cualquier acto de la mejor forma que sabemos, incluso
llegando a ser una mejor versión de nosotros mismos. Pero cuando nuestra
autoestima se ve involucrada en este asunto, nos hace sentir mal si no ganamos.
No necesitas competir para ser feliz.
5- Deja ir el deseo de tener la razón.
El ego nos hace pensar que siempre tenemos la razón, y que el
resto del mundo está equivocado. Si dejas ir el deseo de que lo que tú dices o
piensas sea siempre lo correcto, comenzarás a ser más amable, a dar y recibir
más amor, a ser más receptivo y estar en paz, sin ira, sin resentimientos ni
amarguras. El ego es la razón por la que muchas parejas, amigos y familiares se
separan, pues no elegimos ser felices, elegimos tener la razón. Cuando elegimos
la felicidad por encima de todo, estamos creando la vida que queremos vivir.
6- Deja ir el deseo de ser superior.
Por otro lado, cree en la realidad de que todos somos iguales.
Todos somos especiales. Todos tenemos un don. Somos únicos y a la vez, todos
somos uno. Es propio del ego juzgar a las personas en inferiores o superiores
por su apariencia, sus logros, su inteligencia y posesiones. El complejo de
superioridad es una forma de hostilidad, atrae solo sentimientos hostiles y nos
mantiene desconectados de quienes realmente somos.
7- Deja
ir la obsesión de tener más.
El ego nunca está satisfecho y siempre quiere más. No importa
cuáles hayan sido tus logros o cuánto tengas, nunca es suficiente para el ego.
Esta constante necesidad nos mantiene en un estado de carencia y solo trae más
de lo mismo. Por el contrario, cuando dejamos ir el deseo de tener más, estamos
atrayendo abundancia de forma natural a nuestras vidas.
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