Cuento Los Siete Bultos, Sobre Nuestros Miedos .
Cuento Los Siete
Bultos, Sobre Nuestros Miedos .
En este post
hablaremos sobre los miedos, esos pensamientos que nos invaden la cabeza y nos
van paralizando , o causando ansiedad por el
devenir … es una buena reflexión sobre ello este cuento que os ofrezco.
LOS 7 BULTOS.
Estaba un
hombre sentado en un banco de una plaza donde siempre acostumbraba a quedarse
por algún tiempo.
El se relajaba
mirando los árboles al sol y al viento, las palomas en búsqueda de alimentos,
los ambulantes vendiendo baratijas, los pájaros haciendo nidos, los niños
jugando, las campanas de la iglesia repicando, viejitos jugando a los dados y
al dominó.
Súbitamente se vio rodeado por 7 bultos de rostros cubiertos, y uno
de ellos le dijo:
- Nosotros somos moradores del futuro.
- Y que me vienen a
decir? – pregunto él, sintiéndose incómodo.
Así, uno a uno comenzó a decir:
1º – Yo soy una tormenta: un día podré llevar todo lo que posees.
2º – Yo soy el Hambre: un día podré llegar y conocerás uno de los mayores dolores que sufre el mundo.
3º – Yo soy el desempleo: un día podré visitarte y no sabrás cómo sobrevivir. 4º – Yo soy un incendio: un día podré dejarte sin techo y sin abrigo.
5º – Yo soy la melancolía: un día podré alcanzarte y perderás las ganas de vivir.
6º – Yo soy la soledad: un día podré golpear tu puerta y no tendrás compañeros para oírte o para conversar.
7º – Yo soy la vejez: cuando Yo llegue, estarás vacío, enfermo y sin metas.
De repente, como en un torbellino, los 7 bultos hablaban al mismo tiempo, atropelladamente. Poniéndose a respirar hondo, al rato fue reaccionando y, como en un pase de magia, él pudo ver los rostros de los 7 bultos.
1º – Yo soy una tormenta: un día podré llevar todo lo que posees.
2º – Yo soy el Hambre: un día podré llegar y conocerás uno de los mayores dolores que sufre el mundo.
3º – Yo soy el desempleo: un día podré visitarte y no sabrás cómo sobrevivir. 4º – Yo soy un incendio: un día podré dejarte sin techo y sin abrigo.
5º – Yo soy la melancolía: un día podré alcanzarte y perderás las ganas de vivir.
6º – Yo soy la soledad: un día podré golpear tu puerta y no tendrás compañeros para oírte o para conversar.
7º – Yo soy la vejez: cuando Yo llegue, estarás vacío, enfermo y sin metas.
De repente, como en un torbellino, los 7 bultos hablaban al mismo tiempo, atropelladamente. Poniéndose a respirar hondo, al rato fue reaccionando y, como en un pase de magia, él pudo ver los rostros de los 7 bultos.
El hombre,
antes relajado y tranquilo, comenzó a temblar. Eran exactamente iguales a él!
Él, con decisión, dijo:
- Paren! Ustedes son ladrones de paz! Son asaltantes de
mentes distraídas! Ustedes son YO mismo! Son mis pensamientos! Ustedes no viven
en el futuro! Viven en mi cabeza, pero en ella soy YO quién manda!
Y prosiguió: - Aquí aprendí con los árboles que la renovación es posible después de tener sus hojas caídas.
- Aquí aprendí con las palomas que siempre habrá más alimento que palomas hambrientas.
- Aquí aprendí con los vendedores ambulantes que el empleador no siempre es indispensable y que siempre habrá medios para sobrevivir.
- Aquí aprendí con los pájaros que, por cada nido derrumbado, nuevos nidos pueden ser construidos.
- Aquí aprendí con los niños que no es necesario ningún esfuerzo para ser feliz y querer vivir.
- Aquí aprendí con el tañir de las campanas que, por más solos que estemos, siempre habrá alguien para escucharnos.
- Y aquí aprendí con los viejitos, que es posible alcanzar las metas aunque sea venciendo en una apuesta de dados o en un juego de dominó.
Y prosiguió: - Aquí aprendí con los árboles que la renovación es posible después de tener sus hojas caídas.
- Aquí aprendí con las palomas que siempre habrá más alimento que palomas hambrientas.
- Aquí aprendí con los vendedores ambulantes que el empleador no siempre es indispensable y que siempre habrá medios para sobrevivir.
- Aquí aprendí con los pájaros que, por cada nido derrumbado, nuevos nidos pueden ser construidos.
- Aquí aprendí con los niños que no es necesario ningún esfuerzo para ser feliz y querer vivir.
- Aquí aprendí con el tañir de las campanas que, por más solos que estemos, siempre habrá alguien para escucharnos.
- Y aquí aprendí con los viejitos, que es posible alcanzar las metas aunque sea venciendo en una apuesta de dados o en un juego de dominó.
Poco a poco
aquellos 7 bultos fueron cambiando sus pesadas expresiones y, abriendo suaves
sonrisas, dijeron:
1º – Yo soy la
Prosperidad.
2º – Yo soy la
Abundancia.
3º – Yo soy el
Progreso.
4º – Yo soy la
Seguridad.
5º – Yo soy la
Alegría.
6º – Yo soy el
Compañerismo.
7º – Yo soy la
Certeza de que la Vida es Eterna.
Sintiendo que
había dominado los propios “fantasmas”, el hombre salió caminando suave y
tranquilamente en dirección al Mañana…
Vive un hoy,
como si fuera el mañana…
Tu derrota se
inicia, cuando tu esfuerzo termina.
Buen mañana y a vivir sin miedos.
Hola Ana, me ha gustado mucho el cuento! Que referéncia tiene? (autor, data del documento...)
ResponderEliminarhola es un cuento taoísta que leí en internet y añadí mis conocimientos sobre el miedo, es una mezcla creativa, me alegro te gustara.
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