¿Qué Lenguaje Usas Contigo Mismo?



Tus Sentimientos Dependen En Gran Medida De Tus Palabras.


¿Qué lenguaje usas contigo mismo? Nuestra manera de ver, oler y comprender todo lo que nos rodea estará relacionada con el lenguaje que usamos.

El lenguaje que utilizamos habla de nosotros mismos, nos permite conocer quienes somos nosotros, cuales son nuestros valores, nuestras creencias, nuestras fortalezas y debilidades. Definiremos en primer lugar el lenguaje .

El lenguaje humano puede definirse como la transmisión voluntaria de todo pensamiento, idea o sentimiento, por medio de un sistema de representación simbólico (en principio sonoro y/o gestual), con la intención de interferir en la conciencia o atención del oyente, es decir, que sea recibido y comprendido por aquellos a los que se dirige tal mensaje, con algún fin determinado (simple información y/o la posibilidad de realizar tareas en común).


Por medio del idioma expresamos ideas, emociones y sentimientos. Cuando nos comunicamos con otros o con nosotros mismos, a través del lenguaje podemos estar dándonos o quitándonos fuerza, ya que el desarrollo del lenguaje está indisolublemente unido al desarrollo de la vida afectiva. Las palabras, con sus matices, contribuyen a expresar los estados afectivos y están, por lo tanto, íntimamente ligadas a la afectividad.
Las palabras tienen la capacidad de generar una realidad en nuestro cerebro y en el de los demás. A través de ellas, transmitimos la representación que cada uno de nosotros tiene del mundo y creamos (o destruimos) nuestra propia vida.

Un coach sabe que el lenguaje es un arma de valor incalculable. En nuestra mano está elegir utilizar un lenguaje cobarde, haciendo encabezar nuestras frases por términos como: “Me gustaría…”, “Debería…”, “Voy a intentar…”, “No sé si voy a ser capaz”, “No puedo”, “¡Qué desastre!”, “Tenemos un problema”, etc.
Elige  utilizar un lenguaje responsable, con el que asumimos lo que decimos, pensamos, sentimos y hacemos: “Quiero…”, “He decidido…”, “Voy a hacerlo / no hacerlo”, “Voy a ser capaz…”, “Me comprometo a…”, “Tenemos un desafío”, etc.


El lenguaje responsable es el picaporte que nos impulsa a abrir la puerta del futuro. Pone en marcha la voluntad y aparta el mal uso de la afectividad, que siempre obstaculiza el camino del cambio personal.

Algunas sugerencias para utilizar un lenguaje responsable son:

  Cuestionar las reglas o normas rígidas que nos limitan (“No debo…”, “Hay que…”, “No se puede…”), siempre que no sea como consecuencia de una simple apetencia o un impulso momentáneo no reflexionado. Observa de  donde vienen  vienen esas reglas; pueden que del sistema familiar, del sistema educativo, religioso, ve  e identifica con cual estas de acuerdo y con cual no, crea tu propio sistema de normas o valores y desásete de las creencias limitantes.

        •   Observa como te hablas, como usas palabras de autocritica y como usas palabras duras contigo mismo. Detectar las palabras que con mayor frecuencia usamos en nuestra comunicación habitual y el impacto emocional que están ejerciendo y el tono de voz que se utiliza. Cuando sea necesario, hacer todo lo posible para cambiar las palabras que utilizamos por otras que produzcan asociaciones emocionales más satisfactorias.

Detectar y evitar el lenguaje víctima:  Deja de poner la responsabilidad fuera y en los otros y empieza a tomar tu propia fuerza en lo que te ocurre diariamente . Ellos son ellos y tu eres tu .
“Ellos no cambian…”, “Ella trabaja menos horas que yo…”, “Es que…”, “¡Qué mala suerte!” y usar en su lugar un lenguaje en positivo

         Detectar y fomentar el lenguaje del éxito: ”¿Qué puedo     mejorar yo?”, “¿Cómo y cuándo…?”, “Voy a proponer…”, “Yo creo mi propia suerte”.

  Mantener en todo momento una Actitud Mental Positiva.
Si cada mañana, al mirarnos al espejo, nos decimos a nosotros mismos palabras de aliento y reconocimiento, comenzaremos el día con buen pie. Sin embargo, si utilizamos palabras que nos transmitan un mensaje de desánimo y de autodestrucción, seremos como una bola de nieve en lo alto de una colina a punto de empezar a caer. Con las palabras, nosotros podemos ser nuestro mejor coach o nuestro peor enemigo. De esos mensajes que nos mandamos a nosotros mismos nace nuestra fuerza interior o nuestra debilidad, así como nuestra capacidad para afrontar los retos.


Hablate con amor y compasión sabiendo que tienes mucha ternura para ti, que puedes equivocarte y puedes siempre conseguir  lo que te propongas y salir de los baches de la vida con fuerza y arropado por ti mismo. Se dulce en las palabras que usas contigo mismo.

No olvides que tus sentimientos dependen en gran medida de tus palabras, porque las palabras somos nosotros mismos

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