Cuento " El tuerto "

       

En éste post voy a compartir un cuento que me parece muy acertado para trabajar los puntos de vistas nuestros y aceptar y tolerar los de los demás, comprendiendo que cada uno ésta en su proceso evolutivo y consciencial y que cada uno decide que ver y que ángulo apreciar de la vida.

Le llamaban “El Tuerto”, y no precisamente por carecer de alguno de sus dos enormes ojos azules, sino porque más allá de la belleza de los mismos, siempre se empeñaba en ver la mitad de todas las cosas, la mitad de todas las verdades (que, en el fondo, también era la mitad de todas las mentiras) y porque, cuando soñaba, siempre lo hacía a medias.


De nada servían los avisos acerca del peligro de quedarse solo con parte de la realidad, nada importaban los consejos e insinuaciones para que abriera los ojos (y su mente), a la otra mitad del mundo, porque él siempre se quedaba a medias.
Tenía la fea costumbre de no terminar nada de lo que empezaba y, cuando alguien daba su opinión, él solo entendía una parte de la misma: o bien la que apoyaba la suya propia, o bien la que la contrariaba; siempre en base a su propio concepto de la realidad, nunca al ajeno.
Entendía el mundo a medias. Veía la mitad del gris en el blanco y la otra mitad en el negro, porque toda la realidad, a sus ojos, se limitaba a uno de esos dos colores. La vida era una dicotomía constante en la que lo que se ve y lo que no se quiere ver, se daban la mano en una paleta de colores reducida a dos.
“El tuerto” no era malo, aunque tampoco era bueno. Era una de esas personas que se quedan a medias, perdidas en la mitad del camino, incapaces de comprenderse del todo por no haberse planteado nunca una existencia completa. Lo peor, lo verdaderamente triste de la historia, era que “El tuerto” vivía con la misma estulticia de su visión mediana, y aún sabiendo que algo le faltaba, nunca le dio por echarse a la calle a buscar la otra parte, la que le completaba.

Así, de tanto vivir en la medianía, “El tuerto” terminó por convertirse en “El ciego”. Ya nada le importaba; a base de realidades a medias, había reducido su vida a un único punto de vista que, en realidad, ya no enfocaba nada.


Buen cuento para reflexionar sobre abrir la mente a las opciones distintas que te plantea la vida. Opciones nunca antes exploradas, opciones no vistas por vivir en nuestras limitaciones  y creencias, por pensar que nuestra verdad es la única verdad, y como vamos viendo, con el caminar de nuestro existir, existen múltiples verdades, tantas como personas en el planeta, porque la verdad de cada ser, viene reflejada a través del espejo de las vivencias de cada uno, de sus patrones y de su forma única de interpretar la realidad. Sabemos que ante un mismo paisaje dos personas enfocarán de manera distinta en elementos emergentes, lo mismo ocurre con la realidad de cada uno y las reacciones antes situaciones similares y de eso se trata de coincidir con gente que te haga ver la realidad desde otro punto de vista distinto al tuyo, para crecer y ampliar el ángulo de visión de la realidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quien Hace Lo Que Siente Gana Aunque Pierda

Cuento para reflexionar, El pinito

Desarrollar La Empatía En Nuestros Niños .