El imperio de los sentidos en la sexualidad.

El imperio de los sentidos en la sexualidad.


Es inevitable reconocer que las sensaciones que nos permiten sentir nuestros sentidos (la vista, el olfato, el gusto, el tacto y el olfato) se convierten en verdaderos afrodisíacos que nos generan mayor placer en nuestras relaciones sexuales. Cada uno de los cinco sentidos tiene su parte en la estimulación sexual. El tacto nos permite sentir la textura y calor del otro cuerpo, a través del gusto, podemos probar y saborear la piel, con el olfato percibir los olores, aromas y el oído escuchar palabras, jadeos y la vista que nos permite estimularnos más por ver a la persona con la cual estamos en cercanía sexual. Es importante considerar que varones y mujeres funcionamos de distinta manera al momento de las relaciones sexuales y que ambos complementamos los sentidos tanto en la vida diaria como en nuestra sexualidad.

La sensualidad emana a través de los sentidos y saber cómo explotar su potencial es importante para revitalizar la sexualidad.

Cada uno de nosotros tenemos unas preferencias por unos sentidos u otros. Hay personas que le dan mucha importancia al olfato, gusto u oído, mientras que otras, consideran estos sentidos menos importantes a la hora de practicar sexo.

El tacto y la vista son los sentidos sobre los que existe mayor consenso general a la hora de valorar la influencia que tienen sobre la excitación sexual. A todos nos gusta sentir el contacto cuerpo a cuerpo, y nuestra piel puede producirnos sensaciones muy placenteras. Del mismo modo, nos agrada ver cosas que nos aumenten la excitación.


Olfato.
 Oler la pasión

El olfato puede excitar o inhibir la respuesta sexual. En nuestra cultura, preferimos que nuestros amantes estén aseados y que huelan bien. Para ello, existen numerosos productos cosméticos, como desodorantes, colonias, perfumes y geles, con el fin de enmascarar el olor corporal. Un buen perfume puede hacer aumentar la excitación sexual, haciendo el cuerpo mucho más deseable.

La falta de higiene, produce el efecto contrario en la mayoría de personas, pudiendo inhibir el deseo previo.

En otras culturas el olor de los genitales y las axilas es considerado como afrodisíaco. Las secreciones de las axilas contienen esteroides que funcionan como feromonas (sustancias químicas secretadas por un individuo, capaces de producir un comportamiento determinado en otro individuo de la misma especie).

Por lo tanto, son sustancias químicas, sin olor, que afectan al comportamiento sexual de forma inconsciente.

Diversos estudios han mostrado una mayor atracción sexual a través de las feromonas. Muchas empresas cosméticas comercializan perfumes a base de feromonas, con el propósito de “volverse irresistible” para el sexo opuesto.

Usa las cremas y aceites para el cuerpo, esos que emanan mucho olor. Además las flores secas para perfumar las habitaciones, varillas de incienso, velas y todo lo que sirva para despertar el sentido del olfato, ¡pero no lo uses todo a la vez!  Un ambiente que huela rico, despierta el sentido del olfato. De ti depende crear ese ambiente.
Y recuerda que el olor de tu cuerpo puede resultar muy excitante para tu pareja, así que no lo enmascares ni con demasiados productos de perfumería ni con una higiene excesiva. 
Atrévete y averigua dónde huele mejor tu pareja: ¿en la nuca? ¿en el pelo? ……

Saborear el amor.

El gusto es el sentido que juega un papel menor en la excitación sexual. Muchas personas pueden excitarse con el sabor de las secreciones vaginales o el fluido seminal, pero no está del todo claro si estas secreciones están mezcladas con otras sustancias químicas que puedan tener efectos sobre la excitación.

Utilizar alimentos sobre algunas partes del cuerpo puede contribuir a una mayor excitación para algunas personas. Comer frutas sobre el cuerpo, untarlo de cremas comestibles o utilizar lubricantes y cremas con sabores, puede producir sensaciones diferentes y muy placenteras.

No obstante, de forma más indirecta, el gusto de alguna comida o bebida (por ejemplo, un buen vino) puede asociarse al placer de la relación sexual.
¡Descubre su sabor! 
Chupa, lame, juega con tu lengua en todas las partes de su cuerpo. ¿A qué sabe tu pareja? ¿A qué saben sus labios?
¿Te atreves a jugar con productos comestibles, como la miel y el chocolate?


Mirar con deseo
Probablemente sea el sentido que más influencia tiene en la excitación sexual, debido a la rapidez con la que se produce esta, al ver imágenes que nos resultan eróticas. Muchas revistas masculinas y femeninas están llenas de cuerpos atractivos. La mayor parte de la publicidad se hace en base a alguna imagen erótica.

La ropa, los complementos, la forma de nuestro cuerpo, el color del cabello, el color de la piel, influyen de forma notable en el atractivo sexual.

También nos gusta ver a nuestra pareja con ropa atractiva, en ropa interior, desnudándose o desnuda; pero nos gusta mirarla.

La vista es el sentido que más influencia tiene en el deseo, que es la fase previa a la excitación sexual.
VistaVer es excitante 
Al hacer el amor, ¿qué prefieres? ¿tener los ojos abiertos o cerrados?, ¿y tu pareja? Aprendan a verse, sobre todo en el preludio del amor.
No apagues la luz y mira. Ve el cuerpo desnudo de tu pareja. Ve como se baña, como se pone y se quita su ropa, y dile que partes de su cuerpo te gustan más. Tú disfruta del panorama y tu pareja de los piropos, verán que es muy excitante.


Escuchar la excitación
El oído también tiene mucha influencia en la excitación sexual. Los sonidos pueden aumentar o inhibir la respuesta. Normalmente, los sonidos que provienen de la pareja, ya sean susurros, indicaciones de placer o gemidos, producen un aumento notable de la excitación en la pareja.

El lenguaje “sucio” (hablar palabras mal sonantes o utilizar lenguaje vulgar), puede gustar a muchas personas, en cambio, otras pueden encontrarlo ofensivo.

La música genera los mismos efectos. Ciertas melodías o canciones producirán efectos eróticos en algunas personas, mientras que otras melodías inhibirán por completo la respuesta sexual.


 A través del Oído
, Escucha los ruidos del amor 
Pon música suave y romántica o muy rítmica, como más les guste. De hecho hay música especial para hacer el amor, búscala en la tiendas de música.  
Aprende a escuchar los ruidos que producen sus cuerpos, es decir los gemidos, suspiros, la respiración, etc. El ruido de pareja debe de ser totalmente placentero; habla con tu pareja y no se limiten, ¡exprésenlo! 


Tocar con placer
El tacto es el sentido que produce efectos más directos en la excitación. Nuestra piel nos permite sentir el dolor, la temperatura y la presión.

 
Un buen masaje en diversas zonas del cuerpo (espalda, cabeza, pies…) puede ser sexualmente estimulante. Los besos, las caricias, los abrazos y demás manifestaciones que incluyen el contacto cuerpo a cuerpo, producen fuentes inagotables de placer.

Todo nuestro cuerpo es susceptible de producir sensaciones eróticas. Algunas partes son especialmente sensibles a este tipo de estimulación, como son las zonas erógenas. Estas áreas de nuestra piel contienen un gran número de terminaciones nerviosas.

Las zonas erógenas principales incluyen los genitales, el ano, los pechos (sobre todo los pezones), los labios, la lengua y el cuello. También existen las zonas erógenas secundarias, que son aquellas partes del cuerpo que se vuelven eróticamente sensibles a través de la experiencia.

No te limites y toca. 
Las sensaciones táctiles no solo son las yemas de tus dedos. Acaricia con tos pies, con los muslos, con la parte interior de tus brazos, con tus pechos, incluso con tu nariz, o con cualquier otra parte de tu cuerpo que se te ocurra.
Toca ligeramente, como su tu mano flotara sobre su piel. Toca vigorosamente como si fuera un masaje. Descubre que le gusta más a tu pareja y cómo se excita más.


Junta tus 5 sentidos y disfruta más de tu intimidad. ¿Puedes?

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