“Yo no puedo controlar lo que hay en tu corazón, pero de mi depende lo que yo cargo en el mío”

 “ La Ofensa “

Les cuento una historia que hace un tiempo llego a mis manos y lleva por título: “La Ofensa”.
 “Cuentan que había una vez un profesor comprometido y estricto, conocido también por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo. Al terminar la clase de fin de año, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo: Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de ver su cara aburrida. El alumno estaba erguido, con semblante desafiante, en espera de otra respuesta airada de su profesor. Pero ante su asombro, él le respondió: ¿Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes? Por supuesto que no respondió el alumno algo sorprendido.

 Bueno, prosiguió el profesor, cuando alguien intenta ofenderme o decirme algo desagradable, está ofreciéndome algo. En tu caso es una emoción de rabia y rencor que puedo decidir no aceptar. Si yo me siento ofendido o me pongo furioso estaré aceptando tu regalo, y yo prefiero regalarme mi serenidad. Amigo, prosiguió el profesor, la vida nos da la oportunidad de amargarnos o de ser felices. Tu rabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que hay en tu corazón, pero de mi depende lo que yo cargo en el mío”

Cada día, en todo momento, nosotros podemos escoger qué emociones o sentimientos queremos poner dentro de nosotros, y lo que elijamos lo tendremos hasta que decidamos cambiarlo, porque es tan grande la libertad que nos da Dios que hasta tenemos la opción de amargarnos o de ser felices. Dice el libro de los Proverbios, Capitulo 15, Versículo 1: “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego”


Cuántas veces hemos aceptado la ofensa ajena y hemos respondido en su mismo idioma, eso es lo que la mayoría quiere, pero no olvidemos que somos nosotros quienes decidimos aceptarla o no. Mantén siempre el control de tus emociones, no guardemos amargura en nuestro corazón contra otro y respondamos siempre con gracia, que de nuestra fuente salga siempre agua dulce.

Reitero: “Yo no puedo controlar lo que hay en tu corazón, pero de mi depende lo que yo cargo en el mío”…



Comentarios

Entradas populares de este blog

Quien Hace Lo Que Siente Gana Aunque Pierda

Cuento para reflexionar, El pinito

Desarrollar La Empatía En Nuestros Niños .