En Casa De Herrero Cuchara De Palo.


En Casa De Herrero Cuchara De Palo.
Este post lo escribo para describir la relación entre distintas profesiones y el ejercicio de ésta, podemos comprobar que terapeutas, profesores, educadores, masajistas, sanadores, no pueden ejercer su profesión en su familia ni con personas cercanas.

Varios motivos, desde mi punto de vistan revisten este proceso, por un lado el  no reconocimiento y por otro la  implicación, impotencia  exigencia y culpa que puede llegar el profesional cuando le afecta  el ejercicio de su profesión con alguien con quien se comparte vínculos sentimentales.
Reconocimiento
Nos encontramos con un reconocimiento a nivel consciente e inconsciente en el que los niños reconocen a su padre o madre no como profesor, sino como progenitor, igual ocurre con psicólogos y terapeutas, al nivel inconscientes son reconocidos, como esposos, hermanos, tíos, etc. y no como profesionales, pueden pedir ayuda y consejo, pero la relación intrínseca que existe entre ellos contamina cualquier astivo de poder acompañar limpiamente y sin interferencias entre ambos.
Impotencia , exigencia y culpa.
En la humanidad de las personas al tocar el ejercicio de su profesión  con vínculos sentimentales, se incrementa la impotencia y exigencia a la hora de tratar a un familiar, culpa por no poder  sacar, ayudar o acompañar, precisamente a los seres más cercanos, no cabe duda que un medico que sana muchas personas hará todo lo posible por querer sanar a los suyos,  sin embargo en el reconocimiento de la humildad y en saber que no todo depende de los profesionales se encuentra la clave.
Humildad en el proceso.
Desde mi punto de vista la humildad viene de reconocer nuestro lugar en la situación, de recomendar otro profesional,  de ver y reconocer el poder propio de cada persona y su derecho a no hacernos caso, a tomar sus propias decisiones, así los hacemos grandes, permitimos elijan, hagan y deshagan, permitimos crezcan, se caigan y levanten, podremos estar para acompañar los momentos nada más, simplemente respetar.
Exigencia y culpabilidad.
Desde el profesional, lo único que queda es cuidarse en el proceso a si mismo, soltar la exigencia, la sensación de impotencia, de no poder que va acompañada de culpa y no hace que sea sano para el propio profesional. Reconocer su lugar en la relación. Reconocer que se es progenitor, pareja, hermano, hijo… y no reconocerse incapacitado en esta actuación pues solo la exigencia hace que el sufrimiento comience y la culpa y exigencia aparezca y desde este estado es muy difícil acompañar ningún proceso.
Así vemos como Los mejores chefs no cocinan una cena especial en casa, la mujer fisioterapeuta no tiende a dar un masaje a su pareja, si se trata de un administrador de empresas no presta sus servicios para avisarle a su hermano que está a punto de caer en la quiebra.

El licenciado en Educación tiene un hijo que le va pésimo con las matemáticas, pero para ayudarle contrata un profesor.
Así como está el abogado en una familia con problemas legales, está también el psicólogo que no puede resolver las situaciones que afectan a sus familiares, o la nutricionista en medio de una familia de obesos o anoréxicos.

Quizá usted se haya identificado también en estos casos, de acuerdo con la profesión que ejerce.

Y así como no se aplican los conocimientos dentro de la misma casa, muchas personas piensan que a veces es mejor no recurrir a la familia sino a un extraño para solucionar sus problemas y al contrario muchos profesionales dejan su trabajo fuera de casa para dejar bien claras las áreas de la vida diferenciadas.

Según explicó la psicóloga Catalina Valencia, 'ellos asumen de manera diferente el espacio del trabajo y el espacio del hogar. En casa empiezan a generarse resistencias, llega el electricista cansado y no quiere revisar las instalaciones, quiere llegar a descansar, etc. esto sucede con muchas profesiones'

'En el caso de nosotros como psicólogos, preferimos que nuestros familiares vayan a un buen colega, no podemos involucrarnos en el rol de psicólogos si queremos escuchar a una amiga. Por eso muchas veces ella vuelve con su esposo y él termina detestándonos." dice Catalina.

En el caso de los médicos, ellos tienen prohibido participar en la cirugía de los padres o anestesiarlos, por eso existe ese distanciamiento.

No hay estudios que determinen que los psicólogos no generan pautas en sus hijos, o que los profesores no son académicos con sus hijos. Sin embargo, el hijo reconoce al padre como padre y no como profesor, la ayuda externa es la mejor opción.

Lo que pienso es que en la vida es mejor definir roles. Saber cuándo tienes el rol de amiga, cuando de psicóloga, de padre, de madre y tan solo acompañar a esa persona en su proceso.

¿Cuenta la falta de objetividad en el momento de buscar apoyo profesional con los familiares? 

Los seres humanos somos una compleja mezcla de sentimientos, raciocinio, experiencia y aprendizaje. Todos estos elementos pueden brindar a una persona una percepción de la realidad en un momento específico.  
Los psicólogos y terapeutas son científicos sociales con un objeto de estudio muy importante y delicado: la conducta de los individuos, sus procesos mentales y estados emocionales. La necesidad de emplear la capacidad crítica a todo nivel, la objetividad, el respeto y la confidencialidad como elementos necesarios en su quehacer terapéutico, quedan interferidos por la subjetividad y sentido de pertenencia al círculo familiar.
Se produce por tanto una trasferencia emocional que impide que se realice el trabajo terapéutico, así una enfermera o un médico puede cuidar muy bien a su madre, pero en caso de perdida, de todos los hermanos, su implicación la llevará a cargar con cierta sensación de  impotencia a pesar de los conocimientos no poder salvar a su familiar.
Lo mismo ocurre con terapeutas, abogados y demás profesiones.
En la profesión que a mi me concierne no debemos de olvidar que cada persona tiene sus vivencias y sus aprendizajes que sacar de cada vivencia y por mucho que queramos darles herramientas existen varios puntos a tener en cuenta :
1. No podemos implicarnos por el grado de emocionalidad que no une y nunca nos harán caso. Si se trata de tu pareja es batalla perdida, existen demasiados lazos emocionales,  La persona te reconoce como pareja no como terapeuta, y será un gasto de energía tremendo. Si son los hijos de igual forma, ellos te reconocen como madre o padre, no como profesor, o terapeuta, para eso están los profesionales, tus palabras deben ser de madre o padre que es la figura que reconocen no de profesor, terapeuta, médico. etc...
2. El respeto a la conciencia y a las decisiones de las personas. Cada uno debe seguir y tomar las decisiones según su propia conciencia y su disponibilidad para ver la resolución de sus asuntos, la ayuda externa esta mucho menos contaminada y será más resolutiva.
3.Nadie es nadie para obligar a nadie a salir de donde no se quiere salir, y respetar el momento de cada persona, debemos desde la objetividad alejarnos y respetar el proceso, de lo contrario será una guerra de opiniones y no una ayuda terapéutica.
4. No podemos hacer pequeños a las personas intentando resolver sus problemas y que sigan nuestros consejos, darle valor y grandeza es dejarlos actuar ,  que pidan ayuda externa y dejar que saquen su propio poder interno para crecer como adultos. 

Apartarnos y respetar también es ayudar.







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