AL ENCUENTRO DE EROS



La sexualidad es una parte inherente al ser humano, es una dimensión que nos involucra a mujeres y varones, que nos lleva a contactar con nuestros sentimientos y nuestras emociones, que trastoca la cultura y la transforma, que nos posibilita a sentir, tocar, contactar, que nos acerca a las otros, que favorece la armonía desde el adentro hacia el afuera, que le da sentido a nuestros sueños, a nuestra vida y que con las demás sexualidades nos potencializa para poder amar,  nos nutre, fortalece y nos contacta con el cosmos.

La sexualidad se ve inmersa en un discurso con muchas voces, desde lo científico hasta lo cotidiano, con una visión folklórica, el discurso de la sexualidad esta invadido de muchísimos colores y matices, ideas, creencias que se llevan o no a la acción, que se viven con culpa o placer.
 Al no estar conscientes de nuestra vivencia, actitudes y valores sobre sexualidad facilitamos los bloqueos como la  desensibilización que dificulta a las personas el vivir la entrega.
¿CÓMO DAMOS?
 Sólo damos en función de lo que tenemos, no podemos dar lo que esta ausente, lo que hemos ausentado, para evitar ser calificados como presumidos, narcisistas, desvalorizamos lo que somos, desconociéndonos en la expresión amorosa; cuando ésta surge nos sentimos extraños o no sabemos  qué hacer (como si tuviéramos que hacer algo), ignoramos nuestros ritmos y necesidades, excluyendo el cómo me puedo dar a mi mismo, el cómo me puedo amar.
Cuando no nos amamos  no nos sentimos dignos de ser amados gratuitamente. Sólo por el ello de existir en este plano , somos completamente dignos de amor sin tener que  esforzarnos por recibir ese amor.
 Los introyectos de cómo debe ser un varón se viven como exigencias que condicionan la vivencia erótica y la entrega,  al igual que en la mujer el varón se desensibiliza, provocando un aplanamiento afectivo por temor a sufrir. Por lo que el desbloquear esta fase permite a los varones vivirse dignos de ser amados y a mostrar su afecto y a reconocer el placer como propio.  Ellos cuando se reconocen dignos de ser amados sin tener que esforzarse , de llegar ,de dar la talla, sacan su ternura en la entrega y la expresión amorosa es muy vitalizadora .Al igual ocurre con las mujeres.
 Al no haber una clara educación de la sexualidad esta se asimila sin oportunidad de cuestionar si esto me convence o no, favoreciendo el campo a las falsas creencias que ayudan a la estancia de los introyectos.(creencias que tenemos en la mente de cómo deben ser las cosas).
Cuando podemos desbloquear a través de un trabajo Gestáltico Sexológico entonces podemos encontrarnos con Eros.
 Eros es la energía que trasciende cualquier definición, que puede o no involucrar la vivencia sexual, que incluye la vivencia erótica, espiritual y existencial hasta convertirse en una totalidad.
 Actualmente las necesidades más obvias tienden a olvidarse o a pasar a segundo término, la idea de tener se convierte en la figura y la del ser pasa  a ser el fondo de la vida.
En la entrega somos, no tenemos, hay una gran diferencia entre tener al otro y ser con el otro.
 La comercialización de los temas sexo,  amor y erotismo  se  han presentado por  anestesiar  nuestras sensaciones, bloqueándolas y conduciéndonos a una desensibilización, donde se da una negación del contacto sensorial entre el organismo y la necesidad emergente, se ofrecen técnicas de cómo  desempeñarnos mejor sexualmente, al emplear el sexo como un instrumento para probar nuestra capacidad de identidad, al usar la sensualidad  para encubrir la sensibilidad hemos mutilado  el sexo que queda reducido al vacío.

En algunas mujeres  nos percatamos que la vivencia erótica todavía esta alienada, dónde no reconocen sus sensaciones al no tener claro las fuentes de su placer, desconocen su universo erótico, o lo niegan o tratan de imitar el del varón. 


El trabajo es enfatizar el derecho que toda mujer  tiene al auto-reconocimiento y  la apropiación de todo su cuerpo y las posibilidades de sensaciones  de este, a través del reconocimiento sensorial y el auto-descubrimiento corporal en un primer momento.

El cuerpo del varón al ser diferente al  de la mujer condiciona también su actitud y vivencia frente al mundo. La acentuación de lo masculino favorece, mantiene y refuerza un discurso reduccionista y sexista al dar valor a una parte genital frente a la totalidad de la persona. El hombre es mucho más que su falo , y su erotismo se encuentra en todo su cuerpo .
En los varones el reconocer sus sensaciones  facilita que perciban su totalidad corporal y esto ayuda a reconocer que pueden relacionarse de una forma no necesariamente sexual, dónde pueden explorar nuevas dimensiones de la erótica masculina.


Entonces aparece Eros que es un estado del ser, es desear, anhelar, tender permanentemente hacia algo,  buscar expansión.
AL ENCUENTRO DE EROS, MI DESEO .
Eros le coloca a las a la imaginación, Eros trasciende continuamente todas las técnicas y se ríe de todos los libros sobre excelencias sexuales mientras vuela alegremente  a órbitas que están por encima de nuestras reglas mecánicas y hace el amor antes de estimular los órganos sexuales.
 Pues Eros es el poder que nos atrae, su esencia consiste en atraernos desde adelante, en tanto que el sexo nos empuja desde atrás.

 El sexo es el modo de relación  caracterizado por la Respuesta Sexual Humana, pero Eros es el modo de relación  en el que no buscamos una descarga orgásmica, sino que antes bien ansiamos cultivar, procrear y formar el  mundo.
 En el Eros buscamos el aumento del estimulo. 


El sexo es una necesidad  pero el Eros  es un deseo y es este agregado de deseo lo que marca la diferencia.
La meta del acto sexual es el orgasmo, pero la meta de Eros no lo es; Eros ansia la unión  con la otra persona en el deleite, la pasión y en nuestras dimensiones  de experiencia creadora que amplían y ahondan el ser de ambas personas.
El asunto es que el encuentro con el Eros es demasiado fuerte y demasiado emocionante y nos hace sentir vulnerables. Es decir, de repente encuentro y me encuentro, descubro que no sólo es la desnudez de mi cuerpo, también es la desnudez de mi esencia, y ello me hace temer, pone demasiado en manifiesto mi vulnerabilidad y esto muchas veces no se compensa con la desnudez del otro y con su propia vulnerabilidad, entonces buscamos relaciones sexuales en el sentido estrictamente físico de la palabra y por ello buscamos ser lo suficientemente buenos en el acto sexual, porque es una manera de tener el control, lo interesante es que pensamos que es sobre el otro y no es verdad, es sobre nosotros mismos, sobre nuestras emociones, sobre nuestra posible vulnerabilidad que normalmente identificamos con debilidad, finalmente, con quien primero nos encontramos es con nuestra propia desnudez y después, con la del otro lo que a su vez nos lleva a la integración y vivencia del ser.

A través de Eros nos encontramos con la esencia de nuestra pareja y en este acto nos re encontramos también con la propia.
Y ese anhelo de la unión con la pareja  da ocasión a la ternura, pues Eros  y no el sexo como tal- es la fuente de la ternura. Eros es el anhelo de establecer una unión, una relación plena.
Eros es el centro de la vitalidad de una cultura, es su voz, su corazón y su alma.
Porque sólo se puede amar a quien se muestra claramente en su ser ya que cada ser humano solo puede seducir cuando se es, en otras palabras “solo seduzco cuando soy yo”.
Reconocernos como seres sexuados en una sociedad tan diversa es necesario e inaplazable, el aprender sexualidad nos facilitará y  permitirá amar, a vincularnos desde la autonomía y emprender este reto que creo tenemos que abordar, el vivir una sexualidad erótica, placentera y sin culpa, pero también como personas que queremos replantearnos otras formas de amar desde nuestras propias diferencias.

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