¿A QUE LLAMAMOS ATAQUE DE PÁNICO ?

¿A QUÉ LLAMAMOS ATAQUE DE PÁNICO?

Pánico es una palabra de origen griego que deriva del dios griego Pan (o Panikos). Éste era el dios del bosque y los pastores y se disfrazaba para ocultar su identidad y asustar con bromas terroríficas a los incautos, sus bromas provocaban “pánico”. 


Un ataque de pánico o crisis de angustia consiste en un periodo discreto de intenso miedo, aprensión, terror o malestar que va a acompañado frecuentemente por una sensación de peligro o catástrofe inminente y de un impulso de escapar y durante el cual aparecen cuatro o más de los siguientes síntomas y alcanzan su máxima intensidad en los primeros 10 minutos:


-Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca.
- Sudoración.
-Temblores o sacudidas.
- Sensación o falta de aliento.
- Sensación de atragantarse.
- Opresión o malestar torácico.
- Náuseas o molestias abdominales.
- Inestabilidad, mareo o desmayo.
-Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo).
- Miedo a perder el control o volverse loco.
- Miedo a morir.
- Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo).
- Escalofríos o sofocos.

La ansiedad es una reacción normal y adaptativa de la que disponemos todos los seres humanos para ponernos a salvo cuando tenemos que afrontar algún peligro. Así, la crisis de pánico o estado de ansiedad aguda sería una reacción automática y refleja, cuyo objetivo es ayudarnos a sobrevivir (huyendo, atacando, buscando ayuda, etc.) , y que se pone en marcha cuando percibimos un peligro grave e inminente.

Lo que representa un problema para nosotros es cuando esa reacción automática y refleja de alarma se pone en marcha sin que exista un peligro real (falsas alarmas). Nuestro cuerpo se prepara para “defenderse” y para ello se producen una serie de cambios NORMALES en estos casos tales como: calor, sofoco, sudor, escalofríos, ver “lucecitas”, temblor, dificultad para pensar normalmente, nauseas, cansancio, opresión en el pecho, etc… Y cuando todo esto ocurre la persona que lo experimenta piensa que estas sensaciones son peligrosas para ella, lo cual aún activa más el sistema de alarma, y, por tanto, las sensaciones y el miedo aumentarán.



Todo podría empezar el día en que se experimenta el primer ataque de pánico. En este momento pudo ocurrir algo que influyese en que tus sensaciones internas fueran más fuertes de lo habitual (por mayor estrés, estar muy nervioso, haber tomado algún tóxico, etc.). También se han podido dar circunstancias personales que hayan influido en que hicieras una primera interpretación catastrófica de las sensaciones internas que notaste, y que dicha interpretación se mantuviese en el tiempo. 
 


A partir de ese momento, empiezas a autoobservarse continuamente en busca de cualquier señal interna. Al focalizar tu atención hacia las sensaciones sentidas es más fácil que notes que algo pasa en tu cuerpo, y si notas alguna sensación se puede volver a activar tu creencia de que estás en peligro activando tu organismo y poniendo en marcha el círculo vicioso que te puede llevar a un nuevo ataque de pánico.

NO ES PELIGROSO

Los ataques de pánico no representan ningún peligro para la persona. No pueden dañar tu salud física, ni mental, ni tampoco pueden hacer que pierdas el control. La reacción de pánico tiene como misión proteger a tu organismo del peligro y no puede hacerte daño.

Si en los momentos en que experimentas un ataque de pánico estuvieses ante un peligro real, todas esas reacciones y cambios de tu organismo te ayudarían a ponerte a salvo, huyendo, atacando o buscando ayuda.


QUÉ HACER CUANDO TIENES UN ATAQUE DE PÁNICO.

Tener ataques de pánico puede representar un importante problema para algunas personas ya que les produce un gran sufrimiento y les puede llegar a condicionar mucho su vida. En estos casos es recomendable que acudir a un psicólogo para que ponga en marcha la intervención apropiada en este tipo de casos.
No obstante, al objeto de poder manejar un ataque de pánico si éste aparece, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
  • Intenta no asustarte porque las sensaciones que experimentas no son peligrosas para ti, ni te vas a volver loco.
  • Si sientes que estás a punto de sufrir una crisis de pánico, antes de que empiece, intenta distraer tu atención concentrándote en cualquier objeto que tengas delante o habla con alguien que tengas cerca.
  • Si ya estás teniendo el ataque, piensa que, aunque es muy molesto, no resulta peligroso para ti.
  • Intenta calmarte y evitar los pensamientos negativos. Aprende a parar estos pensamientos en su inicio. Practica en casa el decirte “stop” o “para”, o “basta” cuando pensamientos no deseados invadan tu mente.
  • Si estás hiperventilando (respiración superficial y rápida), procura no asustarte, no es peligroso. En este momento debes tratar de restablecer la respiración normal, hay varias fórmulas para lograr esto:
  • La más conocida es ponerse una bolsa en la boca y nariz y respirar en ella, esto favorece la regulación del nivel de CO2. Lo usual es hacer cinco respiraciones en la bolsa y dos fuera y repetir hasta que pase el ataque.
  • Si no tienes bolsa haz lo mismo poniendo utilizando tus manos y poniéndolas ahuecadas en tu nariz y boca.
  • También puedes intentar hacer respiraciones profundas inspirando e intentando retener unos segundos el aire y luego espirándolo tantas veces como lo necesites.
No dejes de hacer lo que estabas haciendo, una crisis de pánico no te hará perder el conocimiento ni te producirá desmayo. Si sigues haciendo cosas será más fácil que alejes los pensamientos negativos.



Tal y como he dicho anteriormente, si estos ataques de pánico se vuelven recurrentes y te producen malestar es posible que estés sufriendo un trastorno de pánico por lo que la mejor opción sería acudir a un profesional de la psicología a que te ayude a solucionar este problema.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quien Hace Lo Que Siente Gana Aunque Pierda

Cuento para reflexionar, El pinito

Los Sueños Y El Niño Interior