Tengo Un Hijo Adolescente ¿Y Ahora Que ? Una Lucha Por Encontrar Su Lugar .
Tengo Un Hijo Adolescente ¿Y
Ahora Que ? Una Lucha Por Encontrar Su Lugar .
En éste post
hablaré sobre los conflictos a los que se enfrenta un adolescente y nosotros
los padres en el trascurso de su proceso, todos no son iguales ni la magnitud de los mismos, así como las circunstancias
que rodean , (separaciones, cambios de domicilio,) en mi caso, tengo un hijo en plena adolescencia y otro en
pre-adolescencia En este momento estamos en una lucha; una lucha compuesta de
peleas, silencios y reclamos. Mi hijo necesita ésta lucha. El proceso de la adolescencia es duro para
nosotros, los padres .
Ellos necesitan esta lucha, la necesitan
desesperadamente para encontrar su identidad, su sitio , su persona, ubicarse
en el mundo. Necesitan odiarnos y que nosotros estemos hay a pesar de todo,
comprendiéndolos, cuando menos se lo merecen y serán las ocasiones en que más
nos necesiten, internamente libran muchas batallas que no conocemos.
Necesitan esta lucha
con nosotros, sus padres, aunque
no la entiendan. No importa de qué se trata ésta lucha: la hora de
llegada, la tarea, la ropa sucia, el cuarto desordenado, el salir, el quedarse
en casa, el novio, la novia, no tener amigo o tener los que son mala
influencia. No importa el tema, la lucha es necesaria, están aprendiendo a
negociar a poner límites, a defender sus puntos de vistas, es necesario para su
futuro. Ellos necesitan luchar contigo y
necesitan que tú también luches y
sostengas su situación.
Desesperadamente necesitan que sostengas todos los conflictos mientras
ellos están en su adolecer, en el dolor de su esencia, de su búsqueda de cómo sostenerse en el nuevo mundo donde
entran, un mundo donde ya no es un niño, ni se identifican con ellos, y
tampoco es un adulto, mientras encuentran cómo sostenerse en éste nuevo mundo y
encuentra su identidad en él.
No le des por
perdido, jamás te rindas por más que lo
provoque. Te necesita … Sé que añoras al niño (a) que fue, y a veces esa
añoranza es demasiado dolorosa para ti. Y sé que para él también.
Porque no sabe lo que es, porque no ha pasado por
ello las veces necesarias para dejar de tener miedo, porque no está
acostumbrado al dolor, ni sabe gestionarlo; porque lo vive como una agresión…
por todas esas razones y seguro que por muchas más. Él está aquí y ahora
pasándolo mal él te diría esto si pudiera ….
¿Me puedes ayudar en lugar de menospreciar mis
sentimientos?
¿Puedes aceptar lo que yo siento, lo que vivo y cómo
lo vivo?
Mis sentimientos son tan válidos como los tuyos,
¿sabes?
No he pasado por todo lo que tú has vivido, ni me he
pasado años y años estudiando. No he tenido tus amores ni he sufrido tus
desamores; tampoco disfruté de tus triunfos, ni lloré tus fracasos… ¿De verdad
me estás pidiendo que lo vea como tú lo ves? ¿Y eso cómo se hace?
Si los ves llorar
en su habitación porque han roto con su novio/a, no le digas que hay muchos
chicos en el mundo. No es eso lo que necesita. Está sufriendo, está sintiendo,
está triste y abatido. Está triste AQUÍ
Y AHORA. No le digas lo que tú harías. No le soluciones la vida.
¿Recuerdas tú, papá, la primera vez que te rompieron
el corazón? ¿Y tú mamá, recuerdas tu primer amor? Ahora quizá lo entendáis
mejor.
¿Y si cambia de opinión, cuando estaba a punto de irse a Londres a
pasar el verano y decidió que no quería ir? ¿Por qué le machacáis? ¿Por qué le
decís que se equivoca? ¿Podéis escuchar antes el por qué de su decisión, de sus
sentimientos y de sus miedos? ¿cómo pretendes que sienta como tú lo haces?
Cuando se enfrenta a un examen de una asignatura
difícil y que esa noche no ha podido cenar, ni siquiera ha podido desayunar
porque le duele la barriga…no le digas que es una tontería, que va a hacer
muchos exámenes así a lo largo de su vida. Él, eso, tampoco lo sabe. Tiene
derecho a su miedo .
Cuando empieza el instituto nuevo por primera vez lo pasa mal, claro que lo
pasa mal, aunque vosotros digáis “no
pasa nada”. Él, eso, no lo sabe. Tiene miedo. Nuevas amistades, rechazo
, gustar, ser acogido…...muchas cosas le provocan incertidumbre.
No le digas: “Venga
hombre, que por ahí hemos pasado todos". Eso a él no le ayuda…
Escúchale y acompáñale en el proceso. Legitimiza sus
sentimientos y ayúdale a confiar en ti, como si fuese la primera vez para ti
también.
Primero:
Antes de decir “no pasa nada”: callad. No digáis nada. Callad. Solo escuchad.
Escuchad atentamente todo lo que os tiene que contar.
Segundo:
a continuación, no le digáis lo que va a suceder. ¿Tenéis una bola de cristal?
¿o qué? No quiere saber lo que va a suceder, quiere que estéis. Que estéis a su
lado. Que estéis presentes.
Y tercero: Sentid. Sentid lo
que él siente, o al menos intentadlo.
Consuélalo, cálmalo, acarícialo. Quizá sólo necesite
eso, mamá.
Quizá con tu abrazo y tu “te comprendo, yo también pasé por algo parecido” es suficiente,
papá.
¿Qué me decís? ¿Lo intentamos?
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