COLOREANDO
Colorear, el
sencillo acto de iluminar superficies desnudas, tiene algo más que un propósito
de creación. Es un ejercicio de LIBERACIÓN, de conexión con nuestro propio
interior…
Es muy posible
que asocies el ejercicio de colorear con la infancia.
Ahora bien, te
interesará saber que en los últimos años este arte tan entrañable ha pasado a
ser algo más que una tarea orientada de forma exclusiva al público infantil.
Colorear es un
ejercicio terapéutico y de rehabilitación en diversos tipos de trastornos y
enfermedades.
¿La finalidad? Lo llaman
el arte anti-estrés, pero la verdad es que va mucho más allá.
Colorear este
tipo de dibujos es guiar nuestra mente por universos satinados de
fantasía, de mágica sencillez, en la cual, desconectar de
los problemas diarios y disfrutar de un acto tan sencillo como es pintar una
serie de complejos dibujos.
Colorear, una
terapia con muchos beneficios clínicos
El ejercicio
de colorear ha tenido desde hace tiempo una gran importancia en el ámbito de la
rehabilitación cognitiva.
Mejora
la coordinación psicomotriz, o la orientación espacial.
Induce
a la persona en un estado de tranquilidad interior donde desarrollar
procesos cognitivos básicos como la concentración en una tarea, la creatividad
y la motivación.
Armoniza sensaciones a través del color, donde
aliviar la ansiedad o el estrés.
Pintar, evoca a
su vez ese lado artístico y creativo del que todos disponemos.
Niños con
distintos tipos de necesidades y deficiencias, pueden beneficiarse, por ejemplo,
del ejercicio de colorear mandalas, una tarea ya muy asentada a nivel psicopedagógico.
Colorear es una
acto silencioso donde se ejerce una poesía interna a través
de múltiples emociones, y el mundo, parece armonizarse de pronto. Todos podemos
beneficiarnos de este ejercicio.
Colorear, un
sencillo acto de liberación cotidiana
¿Por qué no? Quienes
son fieles seguidores de este arte, señalan que es una tarea tan
relajante como placentera.
El acto de
abrir unas páginas desnudas de color pero donde se nos invita a sumergirnos en
complejos mundos de fantasía, es ya de por sí algo emocionante.
Hay quien elige
el rotulador, otros los lápices de colores o las ceras. Sea como sea, la
opinión siempre es unánime: estamos ante una forma de arte que gestiona
de un modo muy elemental el estrés .
En el acto de
colorear ponemos en funcionamiento los dos hemisferios, se coordina
la imaginación con la lógica, la precisión con la inventiva, la concentración
con la liberación interior.
Colorear “sana”
muchos otros aspectos. Puede desbloquear muchas EMOCIONES internas al guiarnos en un
paseo a través del color. Nos obliga a elegir unas determinadas
tonalidades que, de algún modo, llegan a evidenciar nuestro estado
anímico.
En ocasiones,
cuando distintos tipos de terapia más guiadas suelen fallar, ejercicios
como colorear permiten a la persona disfrutar de un pequeño instante de
independencia a la vez que de soledad.
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