Limites.Para Los Demás Estar En Tu Vida Es Un Privilegio , No Un Derecho .
En éste post hablaremos de los límites, de como nos protegen y de como nos cuesta ponerlos en muchas ocasiones por miedo al rechazo, a que no nos quieran o al que dirán.
Los límites nos hacen tener confianza y sentirte seguro en tu propia piel. Hay mucho que decir sobre los límites y sobre lo fundamentales que son para el sentido que tenemos de nosotros mismos.
Los límites nos hacen tener confianza y sentirte seguro en tu propia piel. Hay mucho que decir sobre los límites y sobre lo fundamentales que son para el sentido que tenemos de nosotros mismos.
Sin límites firmes, es fácil “fusionarse” o enredarse con los demás, provocando que cuidemos emocionalmente los demás, que seamos excesivamente responsables, o descuidemos nuestras propias necesidades. Cuando los límites son demasiado rígidos nos aislamos de los demás y les apartamos de nuestro lado.
Los límites saludables son “selectivamente permeables.” No son ni demasiado rígidos ni demasiado vagos (no extremadamente). Más bien, son flexibles y pueden abrirse o cerrarse si lo necesitamos, al igual que una célula sana.
Los límites están relacionados con nuestras necesidades de apego cuando éramos unos niños. Nos plantean una pregunta: ‘¿Dónde acabo yo y dónde empiezas tu?’ Todas nosotros empezamos en esta vida como un “nosotros” cuando éramos recién nacidos y estábamos unidos con nuestras madres. Estar firmemente conectados a nuestras madres nos ayudó a internalizar este sentido de seguridad y nos ayudó a formar nuestra propio e individual sentido de ser. Si no estuvimos conectados firmemente a nuestras madres, seguramente hemos desarrollado un sentido de inseguridad interior y a nivel subconsciente, podemos estar buscando todavía esa seguridad en otras personas cuando ya somos adultas.
Por una parte, esto puede causarnos tener unos límites muy débiles, nos predispone a aceptar a cualquiera que vagamente nos trate con cariño y afecto, ser demasiado confiados, o tener demasiada tolerancia con gente que nos trata mal. Los límites débiles pueden hacer que otros abusen de nosotros y puede envolvernos en una montaña rusa de sentimientos porque nuestro sentido de la seguridad no está aún totalmente anclado en nosotros mismos.
Tener confianza y sentirte seguro en tu propia piel .
Un paso importante para desarrollar limites saludables es aprender que ninguna persona puede proporcionarte la seguridad interna que necesitas; el momento para eso es la temprana edad, momento que ya ha pasado. Sin embargo, como adultos podemos lamentar esa oportunidad perdida y desarrollar nuestra propia seguridad interna.
Conocernos a nosotros mismas como individuos es esencial para la verdadera intimidad y conexión. A medida que afinamos nuestra propia conciencia, podemos conocer más nuestras propias necesidades, deseos y preferencias. Tener el tiempo y el espacio para hacer tu trabajo interno es una forma importante de cuidarte a ti mismo y reforzar tu sentido de la integridad.
Es una paradoja que cuanto más centrados y enraizados estemos con nuestro sentido de ser, mejores compañeros y amigos seremos capaces de ser.
Tú eres la experta en Ti. Está bien ser tú misma, y tener diferentes necesidades y preferencias que los que están a tu alrededor. Esto puede parecer obvio pero estamos rodeadas con imágenes de mujeres deseables siendo las más complacientes y las más dispuestas a ser dominadas.Estos mensajes permanecen en nuestro subconsciente hasta que nosotras, de forma activa, los desmantelamos.
A lo que dices ‘No’, determina el éxito de a lo que dices ‘Si’.
Nuestros límites determinan a lo que decimos si y a lo que decimos no. Aprender a decir ‘No’ es una habilidad y un arte. Antes de imponer un límite, es importante tomarse el tiempo que necesitamos para procesar las emociones, como la rabia y el miedo, que pueden estar inicialmente presentes, para que así el intercambio se produzca desde nuestra más elevada integridad. Cada vez que podemos comunicar clara y limpiamente un “No” sin amargura o negatividad, estamos demostrando un alto nivel de autoestima.
Límites sanos: La soberanía de uno mismo.
La vergüenza es una emoción tóxica inculcada en nosotros, que debilita nuestra voluntad, nos hace sentir menos seguros con nosotras mismos, menos poderosos y por lo tanto más complacientes con los deseos de los demás. Cuando ponemos límites firmes y sanos, estamos rescatándonos a nosotras mismos de la vergüenza tóxica que pudimos haber experimentado en nuestra infancia y afirmando nuestra soberanía como individuos con el poder y el derecho de definir quiénes somos y qué permitimos o qué no permitimos dentro del espacio sagrado de nosotras mismos.
Para los demás, estar en tu vida es un privilegio… no un derecho.
Mientras continuamos entendiendo nuestro verdadero valor, estamos menos dispuestos a tolerar a las personas, circunstancias y situaciones en nuestra vida que no reflejan nuestra valía y autoestima. Nadie tiene el derecho de estar en tu mundo; ni nadie tiene la soberanía sobre tu tiempo. Si la gente quiere tener el privilegio de estar en tu vida, tendrán que ganárselo tratándote con consideración y respeto. Mientras tú te conviertes en alguien con una gran autoestima y nuevos límites, la gente que sintió tener derecho a un sitio en tu vida puede protestar u objetar, inconscientemente pidiendo inculcarte el sentido de culpa u obligación, puede que llamándote desagradecido o egoísta por mantener firmes los limites.
¿Les das tu poder a los demás y consientes sus demandas? ¿O les comunicas respetuosamente tus límites incluso frente a su desaprobación? Cómo respondes a esto es el reflejo de tu autoestima.
Sanando el síndrome de “la buena chica”
De niñas éramos premiadas por ser sociables, complacientes, calladas e invisibles. El mensaje encubierto es que no nos merecemos tener la propiedad de nosotras mismas. Mensajes sobre la importancia de la apariencia y del atractivo sexual también comunican que “Tu cuerpo no es tuyo. Tu cuerpo existe para dar placer a los demás.” Estos tempranos mensajes culturales y familiares, pueden causarnos el desarrollo, en algún grado, de un falso yo. Este falso yo nos ayudó a ganarnos la aceptación de los demás pero al coste de renunciar a nuestras auténticas necesidades y deseos.
La madurez implica despojarse de este falso yo y descubrir nuestro auténtico yo, separando nuestras verdaderas necesidades y deseos de los falsos que tuvimos que adoptar con el fin de sobrevivir.
En el proceso de descubrir nuestras verdaderas, auténticas necesidades y deseos las cosas pueden cambiar en nuestra vida, cosa que puede ser muy desafiante, pero en última instancia traerán nuevas formas de reflejar lo que de verdad somos. La gente en nuestra vida que está acostumbrada a que seamos complacientes, sumisas y dóciles puede que se sorprendan o que se sientan incómodos cuando nosotras impongamos nuestros límites.
Tú eres tu propio tesoro. Tú te perteneces.
Tener límites saludables implica estar conectado con tu valor, estar anclado a tu propio centro de la verdad, y estar dispuesto a comunicarte con los que te rodean auténticamente. Es una habilidad que se puede aprender, practicar, y redefinir con el tiempo. Cuando estas empezando puede que de miedo pero cada vez que lo haces es más fácil y te empodera más. Con el tiempo, empezamos a atraer más y más a personas que están dispuestas a respetar nuestros nuevos y sanos límites. Esos que no están dispuestos a hacerlo saldrán de tu vida.
Cuando tenemos limites saludables, nos sentimos cada vez más seguros y apoyados dentro de nosotros mismos y también nos convertimos en más eficientes en todo lo que hacemos.
Preguntas para pensar sobre los limites:
-¿En qué aspectos estoy dándome a los demas/vaciandome?
-¿Que estoy tragándome que no deberia?
-¿Es que aspectos fui premiado por tener límites debiles cuando era una niño?
-¿Cuales son algunas de las oportunidades que tengo ahora en mi vida para empezar a imponer limites saludables?
-¿Qué es a lo que necesito decir No, que pueda hacer que viva diciendo Si solo a las cosas que realmente deseo?
-Parte de tener limites saludables es respetar los de otros. ¿Estoy violando los limites de otros de alguna manera?
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