MANDALAS USOS TERAPÉUTICOS .


La palabra mándala  proviene del sánscrito, y significa Círculo Sagrado. Es un símbolo de sanación, totalidad, unión, integración, el absoluto.



Un mándala es básicamente un círculo, es la forma perfecta, y por ello nos representa el símbolo del cosmos y de la eternidad. Nos representa la creación, el mundo, el dios, el ser humano, la vida.


Psicológicamente, los mándalas representan la totalidad de nuestro ser. Dado que reflejan la psique humana, cada persona responde a ellos instintivamente, más allá de su edad, género, raza, cultura, etc.


Cuando nosotros trabajamos con los mándalas, es decir, si los dibujamos, si los pintamos, si caminamos sobre ellos etc. esto puede asemejar un viaje hacia nuestra esencia, iluminando zonas del camino que hasta entonces habían permanecido obscuras y hasta ese momento ocultas, permitiendo que brote la sabiduría de nuestro inconsciente.

¿Para qué son útiles?
Los mándalas son útiles para la concentración, activación de la energía positiva, energetización de lugares, meditación profunda para elevar el nivel de conciencia, expandir la capacidad de la mente y la memoria.

Los mándalas pueden ayudarte en el equilibrio de los chakras, en ese caso habrá que elegir el color adecuado dependiendo de la cualidad que se quiere trabajar. El mándala enviará impulsos a la mente interna llegando a los receptores del cerebro en donde se procesará y se obtendrá una reacción.




Son muchos los beneficios que podemos tomar de un mándala, lo mínimo que puede hacer por nosotros es ayudarnos a centrarnos cuando sufrimos de alguna alteración nerviosa, nos ayuda a relajarnos y a encontrar la paz en medio de las dificultades y eso en medio de un mundo tan complejo y conflictivo es bastante resultón.
Como dato curioso te diremos que  Carl Gustav Jung ahondó en el arte de colorear mandalas. Según él, las imágenes circulares ejercen un proceso curativo para el alma, y de ahí su magia.

Es por ello que la gran mayoría de libros que se venden en la actualidad, siempre incluyen fascinantes representaciones donde casi nunca falta la forma circular. Siguen siendo mandalas implícitos.
Cuando uno dibuja, o pinta se ejercita la mente. Lo que hacemos en primer lugar es buscar información interiorizamos el propio dibujo, y luego, elegimos los colores en base a orientaciones personales.

Y mientras lo  hacemos, meditamos, organizamos ideas y liberamos tensiones… ¿Puede haber algo mejor?
























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