PON NARANJA EN TU VIDA ......

Mediante el uso imaginativo del color, es posible realizar todo tu potencial y fomentar el bienestar espiritual, psicológico y físico, o la salud en su sentido verdadero. Estas breves pautas te ayudarán a poner más color en tu vida.

El anaranjado proporciona energía a hígado, bazo, páncreas, riñones y vejiga. Estimula el metabolismo, la digestión, la desintoxicación, la inmunidad a las enfermedades, las energías físicas y emocionales, la sexualidad, el desempeño atlético y los apetitos físicos, y regula el azúcar y el equilibrio de líquidos del cuerpo.

Para tener más anaranjado en tu vida:

Inhala anaranjado; ; 
Visualiza anaranjado;
Medita en el color anaranjado, flores, gemas y mineral es anaranjados;

Usa ropa anaranjada;

Rodéate de anaranjado:

Coloca a tu alrededor y usa ámbar, cornalina, coral, y venturina durazno;


     Emplea los aceites esenciales Sándalo, Cardamomo y Jengibre en quemadores, inhaladores, masajes Y agua para bañarse;

  Come  naranjas, mandarinas, chabacano, melón, caqui, papaya, zanahoria, pimiento anaranjado, lentejas y especias como canela, clavo, jengibre y ginseng.

Usa en cuartos de juego, de ejercicio, estudios de baile y salones deportivos, o donde tienen lugar reuniones sociales;
si tienes poca energía;
si te sientes letárgico o cansado;
si quieres aumentar la vitalidad;
si quieres fortalecer tu sexualidad;

si te sientes deprimido;
si estás inhibido;
si necesitas más energía para hacer frente a las demandas de las actividades cotidianas;
si quieres sentirte feliz;
si quieres ser juguetón y divertirte;
si quieres estimular tu apetito;
si tienes problemas de vejiga o infecciones del tracto urinario, como cistitis;
si tienes reumatismo;
si te falta impulso sexual;
si tienes sentimientos de insuficiencia sexual;
si no experimentas el orgasmo;
si tienes dificultades menstruales o disfunciones femeninas, como infecciones vaginales, quistes ováricos, endometriosis, fibroides.

No  uses:
en tocadores;
si tiendes a comer o beber en exceso;
si te excedes en las actividades sexuales o deportivas;
si tienes alguna adicción;
si empleas estimulantes;
si sufres de náuseas;
si tiendes a ser discutidor, enojón o irritable;
si tienes problemas intestinales, síndrome de intestino irritable, colitis, pancreatitis, diabetes, problemas de riñón  o hígado, hepatitis, problemas de vesícula biliar o disfunción de la glándula suprarrenal;
si sufres de incontinencia;
si quieres relajarte. .

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