SINDROME CENICIENTA
El síndrome
de Cenicienta tiene dos acepciones, la primera esta basada en el
rechazo del hijastro hacia la madrastra, y la segunda habla del miedo de
la mujer a la independencia. También hay quien llama síndrome de Cenicienta a
la dermatosis cenicienta, una enfermedad de la piel donde la hipermelanosis
provoca que las personas desarrollen manchas de color gris-azul.
El síndrome
de Cenicienta en niños es cuando los niños se dicen o sienten agredidos por
la madrastra o madre adoptiva sin justificante o pruebas de ello, también
es cuando el niño menos querido o que se siente menos querido compensa esa
falta de atención imaginando que cuando crezca ayudara a su familia en alguna
calamidad y así obtendrá el respeto y la aprobación de los que antes lo rechazaban.
También es cuando el adulto que fue un niño no querido, sigue buscando la
aprobación de los demás por medio de su propio sacrificio ante algún
acontecimiento desagradable.
En las mujeres
es complejo de cenicienta, pero popularmente es también conocido como síndrome,
aunque sea un complejo. Este complejo se da en mujeres que temen
independizarse, ya sea parcial o totalmente. Puede ser por temor a
responsabilizarse por completo de ellas mismas o por la necesidad psicológica
de ser protegidas. Por esta razón muchas de ellas viven con sus padres y lo
justifican diciendo que lo hacen para cuidarlos. Aunque lo que verdaderamente
quieran sea vivir su fantasía.
Quienes lo
padecen generalmente tienen una idea acerca de la vida algo idealizada o
fantasiosa donde ellas esperan ser el centro de la atención del personaje que
ellas esperan vaya a salvarlas de la pesada, aburrida o triste vida que llevan,
la cual llevan con resignación y abnegación mientras esperan seguras la
llegada, algún día, del hombre perfecto para ellas, su hombre ideal.
Este personaje
corresponde al príncipe azul de los cuentos de hadas, la mayoría de estas
mujeres creció con la idea de llegar a tener a un hombre perfecto para ellas.
Por eso siempre andan en busca de su príncipe azul. Así que las
relaciones que tienen no duran mucho, porque la posible pareja no es lo
que ellas esperaban. Muchas evitan relacionarse con hombres porque ninguno
cubre sus expectativas y exigencias, las cuales aumentan conforme envejecen y
van adquiriendo conocimientos.
Estas personas
a pesar de tener en algunas ocasiones una personalidad fuerte, sienten
incompleta su vida sin su media naranja, la cual generalmente idealizan como
una figura más fuerte que ellas y sobre todo protectora, amorosa y
complaciente. Esperan ser el centro de la vida de su príncipe, esto puede ser
en parte porque la persona tiene una baja autoestima y necesita del afecto y la
aprobación constante de alguien, e imagina que lo obtendrá de su hombre
perfecto.
La forma en la
que fueron educadas afecta mucho las idealizaciones de estas personas, de forma
que si fueron educadas para ser sumisas o dependientes siempre de alguien,
ellas buscarán seguirlo siendo. Muchas temen vivir sin una pareja, pero no
consiguen al hombre perfecto. Esto baja su autoestima y ellas se sumen más en
su trabajo, el cual desempeñan bien. Este complejo no tiene una cura milagrosa,
se trata de terapia y de que la persona se autoconvenza de que puede
independizarse y sobre todo, de que no existe el príncipe azul; no con el fin
de dañarla, sino para que ella pueda ser consciente de que todas las personas
tienen defectos y pueda llevar una vida plena.
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